martes, 15 de noviembre de 2016

Inmersos en la vorágine, por Gemma Cuervo

Nadie dijo que un trabajo en grupo fuese fácil. Y mucho menos si el grupo trabaja telemáticamente. O tal vez alguien lo dijo, pero no presté suficiente atención porque los nervios me cegaron.

El profesor nos ha animado a llevar a cabo este trabajo pese a las dificultades que todo trabajo colaborativo conlleva. La distancia física en realidad ha de potenciar el uso de herramientas para superarla. Y, estando en la UOC, sería extraño confiarlo todo al papel y al boli.

Emil Nolde
Ola gigante, 1948 Óleo sobre lienzo. 68,5 x 88,5 cm Nolde-Stiftung, Seebüll

Personalmente, teniendo en cuenta mis circunstancias, estoy tratando de aportar el máximo de mi esfuerzo para que todo vaya rodado. Pese a todo, la vorágine del día a día y del propio trabajo me hace tener la sensación de que todo empeño es poco.
Tengo la sensación de que este sentimiento puede ser común a más de uno de nosotros, pero también estoy convencida de que lo estamos haciendo razonablemente bien. Si un observador externo ponderase nuestras dificultades con el trabajo ya realizado, creo que valoraría positivamente el interés que estamos poniendo y los primeros resultados que vamos logrando. Sin duda, podrían ser mejores, pero también peores.

De lo realizado hasta ahora, cabe mejorar aspectos puntuales, pero con buena voluntad, algo de sacrificio y pensando en el éxito del proyecto en común, estoy segura de que este trabajo resultará exitoso, ya que he tenido la fortuna de dar con un buen grupo.



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